La concepción y práctica del desarrollo ha atrevesado cambios a lo largo de los años. En ellos se observa que el enfoque de desarrollo ya no implica solamente el crecimiento económico. Por el contrario, las nuevas perspectivas resaltan la importancia del desarrollo de capacidades, derechos individuales, sociales, entre otros.
Siguiendo esta línea, el enfoque de las necesidades básicas de los años 70 y 80 (Streeten y Shenery) manifiesta que el crecimiento económico no es suficiente para erradicar la miseria de los países. Asimismo, considera que el subdesarrollo es un estado de insatisfacción de las necesidades básicas. Por ejemplo: el problema de la alimentación radica en la injusta distribución de los alimentos y no tanto en su escasa producción; el problema de la salud se dirige a la carencia de servicios básicos y la falta de prevención; la educación también es una necesidad insatisfecha ya que las tasas de analfabetismo son considerablemente altas en unos países y pese a que hay cobertura la calidad de la enseñanza sigue siendo baja; etc.
Como planeamiento alternativo al Consenso de Washington aparece en los años 90 el enfoque de la CEPAL: transformación productiva con equidad. Este sustenta que para garantizar la estabilidad es fundamental utilizar instrumentos monetarios, crediticios, fiscales y comerciales consistentes y también políticas de desarrollo productivo. Por ejemplo, en América Latina los problemas estructurales se deben tratar a través de la mejora de la competitividad y la industralización. Además de la incorporación de la dimensión ambiental y de equidad como factores claves de crecimiento y desarrollo. De esta manera, se integrará socialmente a las grandes masas de la población que han sido dejadas atrás en el proceso de desarrollo económico.
Paralelamente, en los años 80 y 90, Amartya Sen plantea el concepto de desarrollo humano. Este parte de la premisa de la insuficiente noción de crecimiento, ya que solo se relaciona al alto PBI con el desarrollo. Sin embarogo, se obvia que el PBI oculta enormes diferencias entre calidad de vida de unos y otros segmentos de la población de un mismo país, y también sobreestima el Y en países donde la moneda nacional esta sobrevaluada.
Por ello, el enfoque de Sen distingue dos conceptos claves: las realizaciones (desde estar bien alimentado, libre de enfermedades, hasta lograr el autorespeto, tomar parte de la vida en comunidad) y las capacidades (o habilidades y potencialidades). Una de las realizaciones más importantes es la capacidad de elegir, esta es una libertad real que debe tener cuidado con la existencia de restriciones impuestas por otros, debido a que no es únicamente cuestión de un tema individual. Sen afirma que la lista de realizaciones no necesita incluir la acción de elegir como tal, sino que el valor de elegir será reflejado en la evaluación al hacer que esta dependa tanto del conjunto elegido de realizaciones, como de la naturaleza y rango del conjunto de capacidades como tal. Es decir, la capacidad de una persona puede verse como un conjunto de X realizaciones alternas que la misma persona puede elegir.
Desde esta perspectiva, se desprende otro concepto: realizaciones valiosas. Esta apunta a ubicar a las necesidades básicas reconociendo su rol en el logro de realizaciones. Lo que es visto o no como un caso de desarrollo, está sujeto inevitablemente a tomar la decisión de elgir cuáles cosas son valiosas de promover. Esta evaluación depende de las funciones de valoración aceptadas, las que son relativas; del proceso de cambio involucrado en el desarrollo y la endogenidad de valores, debido a que los cambios en el desarrollo altera las valoraciones de las personas.
Max-Neef y Elizande hacen referencia a un nuevo enfoque: Desarrollo a escala humana. Esta explica que el desarrollo engloba a las personas y no a los objetos. En este enfoque también aparece el tema de las necesidades humanas (incluyen realizaciones y capacidades). Ellas están impresas en nuestra naturaleza, como algo que nos fue dado. Asimismo, son universales, son pocas, finitas y clasificables (9 necesidades humanas fundamentales: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, creación, participación, ocio, identidad y libertad). Cabe resaltar que las necesidades no solo son reflejo de carencias, sino que potencian a las personas
Complementariamente, en este enfoque aparece la nocion de satisfactores. Conformados por estructuras políticas, prácticas sociales, valores, contextos, actitudes, etc, constituyen las formas mediante las cuales cada cultura y/o sociedad busca y diseña mejores formas de actualizar sus necesidades. Sin embargo en cuanto formas de hacer las cosas, los satisfactores son por una parte inmateriales y por otra constituyen la interfaz entre lo que es la exterioridad y la interioridad entre los bienes y las necesidades fundamentales. De igual forma, se liga la noción de bienes. Materiales e inmateriales, son los medios por los cuales el sujeto potencia los satisfactores para alcanzar sus necesidades.
En el año 2000 Michelsen y Rieckmann plantean el concepto de desarrollo sustentable. Se entiende por este al desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las necesidades” (1987, Informe Brundtland “Nuestro Futuro Común”). No obstante, este presenta un problema epistemológico, ya que no es un concepto científico sino que esta fundamentado éticamente. Asimismo, se hace incapié a una sustentabilidad débil y fuerte. A diferencia de la segunda, la primera es extensa e ilimitada en lo que concierne a la reemplazabilidad de todos los tipos de capitales. Por consiguiente, es necesario conservar la sustentabilidad de los capitales disponibles, para que de esta forma se mantenga capital total y beneficio total y con ello el nivel de bienestar.
En conclusión, los nuevos enfoques planteados anteriormente se orientan a la búsqueda del bienestar del ser humano, más allá del factor económico. Es decir, el valor monetario no es tan relevante cuando el sujeto sufre de otras pobrezas, necesidades y frustraciones que impiden su libre desarrollo. Sin embargo, unos ponen mayor énfasis al tema de asistir las necesidades básicas, otros están orientados a rescatar la capacidad de elegir, otros a la conservación de los recursos para las futuras generaciones, etc.