sábado, 29 de mayo de 2010

COMUNIACIÓN PARA EL DESARROLLO, COMUNICACIÓN PARA EL CAMBIO SOCIAL


“Sabemos que la comunicación fue históricamente concebida en su carácter más instrumental, como un conjunto de medios, recursos e insumos al servicio del desarrollo. En definitiva, canales o formas más o menos acertadas para difundir innovaciones, propiciar hábitos saludables o dar a conocer noticias relevantes. Pero estas concepciones tradicionales hoy van cediendo paso a otros modos de concebir la comunicación y su relación con el desarrollo. La sociedad toda va tomando conciencia de que el lenguaje construye mundo. Lo recrea, lo sostiene e incluso prefigura otros mundos posibles. Esto implica cambios sustanciales para el campo de la comunicación, la labor de las y los comunicadores, y la de los grupos, organizaciones y comunidades involucrados en iniciativas de desarrollo: la comunicación ha dejado de ser un instrumento al servicio de, para convertirse en una dimensión estratégica del desarrollo.[1]

Partiendo de esta premisa, la comunicación no hace alusión simplemente al acto de intercambiar mensajes entre emisores y receptores. Es un proceso más complejo, necesario e indispensable en todas las dimensiones del desarrollo humano, en las cuales el mensaje que se transmite debe ser comprendido por ambas partes. No obstante, muchas veces los espacios de diálogo no existen o son monopolizados por aquellos que tienen dominación económica, y las voces de los más pobres y vulnerables es silenciada. Por ello la importancia de la comunicación, sobre todo destinada al servicio de los procesos sociales que buscan el cambio.

Mejorar las condiciones y la calidad de vida de las personas es una meta compartida. Sin embargo, no se puede entender esto solo desde la perspectiva del crecimiento económico. Es necesario considerar la ampliación de capacidades y oportunidades de los grupos humanos. Por ende, construir el desarrollo es una acción colectiva, no sólo tarea de las autoridades sino también de la ciudadanía en conjunto. Aquí es donde la comunicación desempeña un rol fundamental.

Si bien es utilizada en la mayoría de veces como instrumento de difusión y visualización de la información, su papel no se limita a ello. La comunicación también se enfoca en la construcción de planes y programas para ejecutarlos en beneficio de los grupos necesitados. En consecuencia, hablamos de una comunicación como estrategia y objetivo del proceso de desarrollo, que considera a las personas involucradas como sujetos de su propio desarrollo, con voluntad y capacidad para transformarse a sí mismos y a su entorno. Pero que necesitan espacios de debate y participación ciudadana.

Cada vez más, las organizaciones, empresas, instituciones, etc. comprometidas con el desarrollo comprenden que los beneficiarios deben estar constantemente involucrados, y que sin la comunicación no se puede establecer un diálogo permanente con ellos. Por consiguiente, se necesita de profesionales en la materia para cumplir con los objetivos trazados. Pese a que los comunicadores sociales son convocados, en muchos casos, solo para diseñar mensajes y formas atractivas de comunicarlo; esta perspectiva está cambiando hacia una forma de trabajo que no solo requiera de habilidades técnicas sino también de sensibilidad y visión estratégica. Los comunicadores y comunicadoras para el desarrollo somos en el engranaje fundamental en los proyectos sociales, porque somos facilitadores de diálogo, promotores del acceso al conocimiento y agentes de cambio.

Nuestro trabajo no pretende cambiar al mundo de la noche a la mañana, ni solucionar de raíz los problemas ligados a la pobreza, ya que para avanzar cosas firmes se necesita de equipos multidisciplinarios. Nosotros somos parte de ese equipo, y trabajamos con eso que las personas perciben como elemental, pero que casi siempre olvidan: la comunicación.

[1] BRUNO, Daniela. Oficial de Comunicación UNICEF - Oficina de Argentina. En: http://www.unicef.org/argentina/spanish/EDUPAScuadernillo-2(1).pdf

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