
NARRADOR: Leonardo Da Vinci observaba desde la ventana de su estudio el vuelo de las golondrinas, y las dibujaba con una punta de plata sobre el papel. Obsesionado con la idea de construir una máquina voladora para que los hombres volaran como los pájaros, había abandonado otros proyectos. Acababa de pintar su cuadro “La adoración de los Reyes Magos” y el éxito había sido tal que le llovían los encargos, pero él dedicaba todo su tiempo al estudio de los mecanismos necesarios para construir su maquina. Ya había construido el prototipo de la nave y estaba a la espera de voluntarios que se atrevieran a probarla. De pronto, se abrió la puerta del estudió y apareció el matemático, tratadista, y también amigo y profesor de geometría de Leonardo: el gran Luca Pacioli.
PACIOLI: ¿Cómo va la maquina voladora maestro Leonardo?
DA VINCI: ¡Muy bien, maestro Pacioli! ¿Queréis probar el prototipo?
PACIOLI: No, muchas gracias. Os lo agradezco, pero declino tal honor.
DA VINCI: ¡Es que en esta ciudad son unos ignorantes sin ningún espíritu de sacrificio por la Ciencia! He pegado pasquines en todas las paredes pidiendo voluntarios para probar la máquina voladora y no se ha presentado ni uno, ¿qué os parece?
PACIOLI: Una prudente medida, mi querido Leonardo, ¿o acaso olvidáis que se han estrellado seis de vuestros ayudantes en el intento?
DA VINCI: ¡Pioneros de la aviación, se les llamará algún día!
PACIOLI: Sí, pero de momento se les llama pacientes del hospital, sección de traumatología ¿Y que hacéis ahora? Aparte de enviar ayudantes al hospital. ¿Qué quieres lograr?
DA VINCI: ¡Probar el futuro! A volar con mis alas de murciélago. Venid conmigo y no tembléis, que en la terraza del torreón tengo el nuevo prototipo mejorado. Esta vez no fallará, os lo aseguro.
NARRADOR: Dijo Leonardo, sujetando por un brazo al aterrado matemático cuando se disponía a huir.
PACIOLI: Sí, también me dijisteis “No fallará, os lo aseguro” cuando me hicisteis probar el casco aerodinámico, como primer paso para inventar la motocicleta... ¿Y qué pasó? Que al golpearlo con una maza se rompió en mil pedazos con mi cabeza dentro.
DA VINCI: Un pequeño fallo en la aleación del metal.
PACIOLI: Claro… ¡y conmoción cerebral!
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NARRADOR: El gran artista y pensador italiano Leonardo Da Vinci ideó y esbozó un ornitóptero en el siglo XV. Un ornitóptero es una máquina diseñada para volar batiendo las alas.
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NARRADOR: El gran artista y pensador italiano Leonardo Da Vinci ideó y esbozó un ornitóptero en el siglo XV. Un ornitóptero es una máquina diseñada para volar batiendo las alas.
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NARRADOR: Leonardo empujó al matemático escaleras arriba hasta lo alto del torreón. Para tranquilizar a Pacioli, le dijo...
DA VINCI: Ya no hay riesgo porque he añadido a las alas un dispositivo adaptable a la dirección del viento. He observado que las alas de los pájaros funcionan según leyes matemáticas. Se elevan con movimientos circulares semejantes al tornillo para descender con suave oblicuidad.
DA VINCI: Ya no hay riesgo porque he añadido a las alas un dispositivo adaptable a la dirección del viento. He observado que las alas de los pájaros funcionan según leyes matemáticas. Se elevan con movimientos circulares semejantes al tornillo para descender con suave oblicuidad.
NARRADOR: Al borde del vacío, Leonardo animó de nuevo al aterrado piloto
DA VINCI: ¡Sois un pionero! ¡El primer aviador de la Historia, de la recién nacida Aviación! En un lejano futuro, los cielos de Italia se llenarán de máquinas voladoras. ¡Animo, pionero!
NARRADOR: Y tras las palabras de aliento llegaría el empujón que precipitaría a Luca Pacioli al vacío en busca de la gloria… y del suelo, al que llegaría mucho antes de lo previsto, y no “con suave oblicuidad”, precisamente.
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